jueves, abril 20, 2006

Expresso doble? ¿en taza chica o grande?

El otro dia una niña de bares me hizo esa pregunta cuando le pedí uno. Quedé pasmado y pensé "me dio una respuesta automática, no me escuchó lo de doble", acto seguido le expliqué y entendió al tiro. Di el incidente por superado.

Pero hoy otra chica de bares me hizo la misma pregunta. Y más encima no queria acusar la falta, y contraataca con "ah, entonces no se puede? como lo digito, como dos express chicos?"

En ese punto me empecé a preguntar si las capacitaciones les entran por un oido y les salen por otro o qué.

Solo eso, necesitaba descargarme. Y más encima en la casa no hay ni un solo trago para tomar.

Nueva carta de vinos.. a tropezones

Las cartas de vinos siempre parten como niñas lindas casi de pelicula y terminan como travetis viejos y acabados. Lo que pasa en el medio siempre tiene que ver con influencias y dinero. La carta que me encontré en mi nuevo trabajo al llegar era un caso distitno pues no era ni lo uno ni lo otro: haba nacido como una abominación mal gestada, con vinos individuales y medias botellas entre otras deformidades insanas. A grandes rasgos, estaba dividida de la siguiente forma:

Vinos Blancos
Francisco de Aguirre
Santa Rita
Undurraga
Cousiño Macul
Canepa
Concha y Toro
Tarapacá
Bisquertt
Casa Lapostolle
Caliterra
Errázuriz

Vinos Tintos
Francisco de Aguirre
Santa Rita
Undurraga
Cousiño Macul
Canepa
Concha y Toro
Tarapacá
Bisquertt
Casa Lapostolle
Caliterra
Errázuriz
San Pedro

Consignemos algunas cosas sobre el cómo veo yo la confección de cartas: primero, en ningún negocio que se precie de decente los vinos se ordenan por viña (marca) en vez de cepaje. Esto es una práctica antigua, de maitres de vieja escuela. Segundo, por no darles la lata del siglo prefiero contarles de manera corta que en esta carta no hay los siguientes cepajes fundamentales: Carmenere y Syrah. Eso se solucionará de manera inmediata.

Sobre mi nueva carta, ya me topé con los primeros compromisos: al estar amarrada a la compra de vinos de eventos, tendré que aceptar en ella la inclusión de un par de viñas que no tenia presupuestadas, si es que cierto proveedor nuestro consigue ganar la propuesta del vino de eventos para este y el proximo año. Este tema no es menor, y como se trata de mover al menos 1500 botellas por año de un vino por el cual va a ganar poco, el oferente pone como condición la entrada de sus productos comerciales a la carta. Bueno, las dos viñas que entrarian tienen pergaminos, no es que vaya a tener que meter al "1.100 Grande" en la carta, sino que en verdad son vinos de cierto prestigio que simplemente no tenia considerados.

Por otro lado, me llena de alegria el poder anunciarles que de mi oferta se retiran las siguientes viñas:
Francisco de Aguirre
Undurraga
Cousiño Macul
Canepa
Tarapacá
Bisquertt
Casa Lapostolle
Caliterra
Errázuriz
San Pedro

Como verán, estoy botando a la mayoria de las viñas tradicionales. Los vendedores van a pedir mi cabeza seguramente, pero bueno! eso es lo entretenido del rubro.

Sea como sea, mañana postearé un pequeño resúmen de mi idea de carta de vinos.

martes, abril 18, 2006

Crítica de restaurant: Tololo Beach, La Serena


EL Tololo Beach deja un gusto extraño en la boca. Por un lado, el ambiente y la clientela son los que desea cualquier restaurantero, y en ese aspecto el restaurant se puede calificar sin miedo de muy exitoso; si pudiésemos pesar a un restaurant por la afluencia de un dia Lunes, el Tololo quiebra la balanza. En su estacionamiento confluyen los automóviles alemanes de altísimo precio sin patente, como si fuese una costumbre local el celebrar una nueva adquisición comiendo en el restaurant. En su interior se escucha en las mesas el inglés, el alemán y algunas lenguas nórdicas. La cocina no se detiene y los platos de preparaciones dle mar abundan en las mesas. La decoracion del lugar es agradable pero comercial, la abundancia de madera por todos lados lo convierte en un lugar acogedor, lo que unido a la iluminación suave y la música agradable de las noches contribuyen a hacer de la mise en place algo deseable.

El párrafo anterior deberia ilustrar un restaurant que triunfa tanto en calidad de su oferta gastronómica como en el esmerado servicio que hace que los clientes vuelvan felices; sin embargo las gravisimas deficiencias que he encontrado en casi todos los aspectos de la experiencia de cenar en el Tololo me hacen dudar del paladar y las expectativas de dicha clientela.

Pero bueno! expondré mi experiencia desde la entrada.



Llegué al restaurant y me quedo mirando en la entrada. Nadie sale a recibirme. Un garzón pasa de atender una mesa y me ve, se acerca a recibirme. No esta tan mal, he visto peores. Me dirijo a una mesa, como siempre me gusta cerca de la entrada de cocina para escuchar las conversaciones de los garzones, y verificar su disciplina.

Mi mesa corresponde a la plaza de un garzón extranjero, Dominicano según averiguo. No tengo nada en contra de contratar servicio extranjero, pero en el caso de gente de estas latitudes, tienen una dicción muy difícil de entender para el oido chileno. Como pude percatarme no hay Maitre ni nada que se le parezca, y el garzón tiene muy mal manejo de la carta y carece de argumentación comercial alguna. Finalmente yo llevé las sugerencias y las preguntas.

Ya que la especialidad del local son las preparaciones marinas (y el pollo al coñac que preferí no pedir por temor a la definición de coñac que pueda tener el Chef), solicité algo mixto: un risotto de jaiba ($5.900), y después de rechazar numerosas botellas por la edad (como puede ser que no haya ningún chardonnay del 2003 en adelante?), pedi un Santa Rita Casa Real Chardonnay 2003($7.900). Aqui comenzó realmente la clarificadora "experiencia Tololo", que paso a detallar según la secuencia:

- El vino llegó a temperatura muy baja a la mesa, lo cual no está del todo mal, pues en verdad los vinos blancos suelen ganar temperatura muy rapidamente, pero al cambiarme la copa el garzón me trajo una directamente del congelador... innecesario por cuanto el vino ya estaba helado y ademas me tenia un balde con agua y hielo, y hace imposible la apreciacion del color del vino por algunos minutos. El descorche de la botella tuvo que ser guiado por mi(solicité que cortara la cápsula como corresponde)... y me sorprendí cuando mi botella hizo "pop" como no escuchaba hace años. Horror. El vino estaba velado inicialmente por lo bajo de la temperatura, pero a medida que la ganó me di cuenta que habia evolucionado de mala manera, con tonos muy secos que hacian sospechar de una madera mal integrada. Bueno, no tenia defectos, simplemente estaba mediocre.
- Los pancitos en la mesa, horneados recién, eran sabrosos , pero pocos, pensaba yo, para la espera larga que implica un risotto. Había mantequilla sin saborizar, una salsa verde y mayonesa casera (¿está permitido esto?).
- ... y llegó el risotto. A los 7:30 minutos de pedido. Mis amigos gastrónomos, consignemos que no se puede apurar un risotto, y que hace falta alrededor de 20 minutos para preparar uno de manera correcta. En pocas palabras, de risotto no tenia nada. Estaba hecho con arroz graneado de grano largo (!!!!), no tenia la textura adecuada y la coccion tampoco era correcta, no tenia la cohesion necesaria ni la cremosidad exigible. Era un "arroz húmedo y cremoso", como he visto en otros locales con más y menos pergaminos. El sabor de la preparacion estaba correcto y la cantidad de carne de Jaiba también, pero la adicion de cebollines cortados finamente me parecio inadecuada, encuentro que se integraba mal con el crustáceo.
- Siguiendo con el servicio, en dos ocasiones escuché groserias y garabatos en las conversaciones de los garzones. Inadmisible. Y más encima a una hora determinada encendiaron un televisor y se pusieron a ver un resúmen de un partido de fútbol. Tuve que pedirles que bajaran el volumen del mismo. Creo que el mal servicio es una epidemia en la Cuarta Región, y el Tololo Beach es un caso emblemático.
Le pido a un garzón que pasa por mi mesa que me sirva más Chardonnay, y toca mi copa con el gollete y acto seguido hace el servicio. Sin comentarios. Pasa otro garzón a cierta distancia mascando chicle de manera desvergonzada.
- El café express ($600) fue la nota disonante de la noche, italiano de excelente calidad, de marca Lunch (nunca la habia escuchado), envasado al vacío en pequeñas porciones individuales en saquitos de papel filtro. Es muy incomún encontrar en Chile café italiano de tostado suave y acidez baja, realmente fue una sorpresa.

El veredicto? El Tololo Beach es un representante fiel de la gastronomia de la Cuarta Region: Preparaciones tradicionales (clientela igual, claro está), especializacion en pescados a la plancha (dejar mal un pescado a la plancha es un desaguisado que solo he presenciado en el Bakulic, pero para eso habrá un post completo), pobreza en el servicio, cero especializacion en el tema de los vinos, barra deficiente, cero control de la disciplina de comedor, ausencia total de rigor en las preparaciones culinarias y en general una marcada sensación de estancamiento en la búsqueda de la excelencia que hace falta para conquistar a los turistas que vendrán. Lo nombro "el símbolo de la decadencia gastronómica de la zona".

Espero sinceramente que haya una renovación total en los próximos años, y digo años porque para solucionar las deficiencias de este local será necesario años de aplicación.

Critica de vinos: Misiones de Rengo Cuvée Cabernet Sauvignon 2002




Aún tengo fresca la memoria del entusiasmo que generaba hace ya 5 años la aparición de Misiones de Rengo y la fantástica cosecha del 2000. El Cabernet-Syrah Reserva de ese año era un best value como pocos ha habido, capaz de hacerle cara a Premiums y Super Premiums sin desigualdades notorias. El varietal Carmenere del mismo año era otra sorpresa notoria, lejos el mejor Carmenere varietal que me ha tocado probar. ¿Qué pasó después en Misiones? no soy enólogo, pero me comentó hace un par de años mi amigo y Sommellier Mario Vergara que las cosechas posteriores y los manejos inadecuados del proceso de vinificación trajeron decepciones importantes, de las que no se han podido recuperar en forma hasta este año; esto al menos según las anotaciones de los que participaron en la última "Guía de vinos de Chile", el definitivo "quién es quién" de la industria (Sorry, Patricio Tapia. Te mereces todo mi respeto, pero el "descorchados" está demasiado impregnado de un aire de prima donna que no lo beneficia en nada). Según dicha publicación, Misiones protagonizó un "regreso triunfal" este año con una serie de productos que de nuevo dan que hablar. Destacan el Merlot Reserva y este Cuvée Cabernet Sauvignon, una linea nueva que estaria por encima de la actual reserva. Segun la guía, este seria el "segundo mejor Cabernet del año". Y a un precio debajo de $5.000 me parece un best value por donde lo miren. Bueno, nada que hacer! habia que probarlo, el dinero no era excusa.

Aclaración: no encontré que el vino fuese malo. Simplemente es intomable por la crudeza de los taninos. Es un ladrillo que impide tomar mas de dos copas incluso a los amantes de los vinos ásperos. Lo decanté, lo oxigené, esperé a que se abriera un poco, a ver si se solucionaba el problema, pero nada! Mirando la etiqueta, reparé en un detalle: 14,2°. Los que conocoen la industria del vino sabrán que eso significa que el productor no se atrevió a publicar la verdadera graduación del vino. Me aventuro a opinar que esta auténtica "Linea Maginot de los taninos" debe andar por los 15° ó 16°, y lo que es peor, se siente. Y mucho.

A cada sorbo me iba preguntando ¿qué demonios podria comerme para maridar esta brutalidad? la respuesta es, en mi franca opinión, nada. Este es uno de esos vinos que los machistas snobs se toman para demostrarle sus amigos que tienen una recia personalidad y por ende sólo gustan de vinos recios. Es un vino con un propósito claro: ganar la guerra de las intensidades. A mi ver, esta es una dirección errónea.

Si los entendidos en vinos opinan que este es el camino que debe seguir la industria nacional para los tintos, pronto estaré tomando solo Pinot Noir.